Un dispositivo móvil se puede
definir como un aparato de pequeño tamaño, con algunas capacidades de
procesamiento, con conexión permanente o intermitente a una red, con
memoria limitada, que ha sido diseñado específicamente para una función, pero
que puede llevar a cabo otras funciones más generales.
Una característica
importante es el concepto de movilidad, los dispositivos móviles son pequeños
para poder portarse y ser fácilmente empleados durante su transporte. En muchas
ocasiones pueden ser sincronizados con algún sistema de la computadora para
actualizar aplicaciones y datos.
Otra característica es el
que se pueda conectar a una red inalámbrica, por ejemplo, un teléfono móvil,
los comunicadores de bolsillos o PDAs. Este tipo de dispositivos se comportan
como si estuvieran directamente conectados a una red mediante un cable, dando
la impresión al usuario que los datos están almacenados en el propio
dispositivo.
Los conceptos de móvil y
sin cables muchas veces se confunden. Un PDA con datos en él y aplicaciones
para gestionarlos, puede ser móvil pero no tiene por qué ser inalámbrico, ya
que puede necesitar un cable para conectarse a la computadora y obtener o
enviar datos y aplicaciones. Por otro lado, un teléfono móvil equipado con un
pequeño navegador puede hacer uso de Internet (ver figura 2b), considerándose
inalámbrico, pero no móvil ya que no dispone de un valor agregado que
aporte como característica extra alguna función en las aplicaciones del
dispositivo cuando éste no está conectado a otros sistemas tales como:
Computadoras, cámaras, etc. Si el PDA es capaz de conectarse a una red
para obtener datos "en medio de la calle", entonces también se
considera inalámbrico.
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